Siento miedo. Ahora estoy desnudo. Como siempre que estoy en casa, siento la necesidad de desnudarme, liberarme de la absurda ropa que recubre mi naturaleza. Hoy me he dado cuenta que quizá no sea sólo por comodidad, sino porque me siento mejor conmigo mismo cada vez que me libero de ella. La naturaleza pone a cada ser humano en su sitio, le libera de sus prejuicios, de sus temores, y traumas, de las carencias creadas por la sociedad. La naturaleza libera al hombre y también le condiciona en función de sus aptitudes reales, de su instinto de supervivencia., o lo que es lo mismo, su capacidad para adaptarse. La naturaleza es despiadada, salvaje, sí, pero también es justa y equilibrada. Así que prefiero quitarme la ropa, en señal de protesta, por los males que le estamos inflingiendo a nuestra madre tierra y a sus hijos. Por romper el equilibrio y alterar lo natural, que a su vez es cósmico y divino. Cuando haga el calor suficiente, prometo salir desnudo a la calle.
¿Alguien tiene la más remota idea de lo que está pasando ahí fuera? La vida en la ciudad tecno-industrial nos aliena, reduce nuestra perspectiva, nuestros instintos, nuestra humanidad. Nos reduce en muchos casos a meras piezas del gran casino en el que se ha convertido el mundo. Todo, tiene un precio, porque todo, es visto como un producto. Personas incluidas. Esta bien, escojo no ser un producto, no quiero saber nada de vuestra diarrea mental, escojo no ver telemierda, escojo no votar a los payasos del circo político, escojo no consumir.¿No consumir? Bueno, consumir lo justo y necesario. Sin embargo, como bien ilustra El Roto, ya no hay clases sociales, sólo niveles de consumo. Esto significa que estoy fuera, estoy fuera de juego, no soy productivo, no trabajo para ninguna empresa, no tengo apenas dinero, y, por lo tanto, soy una ficha de escaso valor dentro del casino. Cuestiono el orden establecido, me da asco. Es frio y abyecto, inhumano, y ahora, cada día más cibernético, superfluo y tecnocrático, a merced de la barbarie capitalista. Me he convertido en un enemigo del sistema, y a veces en un parásito, en un despojo. Bueno, hace tiempo que lo sé, pero no me importa, me enorgullezco de ello, y sé que si pudiesen darse cuenta, los monos perezosos de la cuenca amazónica o el lémur africano, me darían las gracias fraternalmente.
Sin embargo, el sistema no se preocupa demasiado por mí, aunque tampoco se preocupa por los monos ni por los lemures. Ya tiene suficientes adeptos para seguir llevando a cabo sus inconscientes o ¿conscientes? diabólicos planes. Más bien diría, suicidas. Somos ya 7000 millones en el planeta tierra, pero Gaia sigue soportando, estoicamente, nuestras constantes cuchilladas. El ser humano la escupe, acaba con su riqueza, la contamina, destruye sus ecosistemas, simplificándolos al mínimo, pero Gaia, en su inmenso amor e inocencia, a pesar de estar gravemente enferma, sigue dándonos, con los ojos cerrados ( Terrible dicotomía que ilustra magistralmente Alex Grey con su dibujo, aquí debajo). Y sin saberlo, también se muere, sin llegar a imaginar que uno de sus hijos se haya convertido en un cáncer maligno. Personalmente, si puedo elegir, me sentiré mucho mejor siendo una célula poco agresiva, ¿pero de que sirve ya si la metástasis es imparable?
Señores del casino mundial, señores presidentes, banqueros, señores de la élite financiera mundial, señores de la realeza y la iglesia, señores de las sociedades secretas, yo les acuso de arruinar el planeta, les acuso de engañar, manipular y tergiversar la realidad, les acuso de orquestar guerras, les acuso por su ilimitada codicia, les acuso de ególatras e infames traidores, les acuso de atentar contra la vida y lo sagrado, y les hago partícipes de todo mi desprecio y todo mi rechazo con estas líneas. Pero no, no les odio, sólo me dan ustedes pena. Y me alegra saber que jamás podrán conmigo. La fuerza del amor es más fuerte que toda su asquerosa conspiración para separar al hombre de la mujer, y destruir el orden universal que representa la naturaleza, creando un mundo artificial y gris. La hora del juicio final está por llegar, el despertar será masivo, y todo su estúpido e inhumano sistema terminará por hundirse. El fin de Babilonia está próximo, y su fétida cópula con el poder oscuro está en pleno orgasmo. Cuando éste termine, la verdad saldrá a la luz, y será tan pura y tan brillante ,que nadie ni nada podrán negarla.
Uno de los beneficios más destacados de alcanzar la conciencia del ser, es una relativa libertad de las necesidades y dependencias que normalmente gobiernan nuestras vidas. También establece un nuevo marco de referencia para comprender los términos y el significado de la vida. Tal orientación y libertad nos permite vivir en paz y contentos, sin dejar de ocuparse de las “responsabilidades mundanas”. Es un estado de liberación, que influye en el entorno y que abre la posibilidad para crear un mundo mejor.
ResponderEliminarEn el cuidado de los moribundos existen ocasiones de privilegio para presenciar este potencial. A mediados de los años setenta Elizabeth Kübler-Ross escribió un libro de referencia sobre la muerte y los moribundos. Trazó cinco etapas de adaptación a una enfermedad terminal: la ira, la negación, la negociación, la depresión y la aceptación. Cuando la etapa final de aceptación se manifiesta, podemos ver el ejemplo de la naturaleza original del alma que emerge. Entrar en este ejemplo se convierte en una muestra de oportunidades, la oportunidad de descubrir nuestro verdadero yo.
Alrededor de uno o dos años atrás se me pidió que diera una charla a un grupo de voluntarios del hospicio sobre los aspectos espirituales de la atención a los moribundos. Durante la charla, me referí a este estado de aceptación. No como uno en que simplemente reconoce y acepta a la muerte, sino que involucra a la belleza del alma. Con la esperanza de obtener un ejemplo práctico para mostrar al grupo de trabajo, les pregunté a los asistentes si habían presenciado alguna vez tal belleza en el momento de la muerte.
June, una de las voluntarias manifestó haberlo vivido. La muerte de su madre había sido así, un momento de verdadera aceptación, a pesar del hecho de que ella estaba allí, marchitándose y dependiente por completo."Fue hermoso", dijo. "Mi madre estaba radiante de paz y la habitación se llenó con su amor. Elevaba a todos los que la acompañaban y estaba contenta. Parecía como si estuviera rodeada de luz... como un ángel. Nunca lo olvidaré. Fue muy especial".
Acaso, ¿no es maravilloso que tal estado de gracia pueda surgir en el momento de la muerte? June y sus hermanas estaban con su madre en el momento de su muerte. Aproveché para preguntarle a June una serie de cuestiones: “¿Estaba tu madre preocupada por algo en ese momento?" "No", respondió. "Ella sabía que nos encontrábamos allí, pero estaba más allá de la preocupación acerca de cómo nos sentíamos".
"¿Qué tal su belleza y circunstancias?" Le pregunté. "Estaba preocupada por su aspecto, o acerca de la enfermedad, y el hecho de que se estaba muriendo?".
“No...,” hizo una pausa. "... Mamá estaba en paz consigo misma. Era como si su cuerpo había dejado de existir. Sólo mantuvo su serenidad, y no había nada que temer allí."
“¿Qué hay de todos los problemas de nuestro mundo?” Le pregunté. “¿Estuvo tu madre preocupada por los conflictos, y la confrontación que existen en el mundo?” June se echó a reír, y se recreó sobre un breve recuerdo. “Oh, mamá siempre tenía una opinión sobre todas las cosas y, en verdad, solía agitarse bastante con ellas. Realmente a veces se enojaba o se entristecía por todo eso. Pero ahora que lo mencionas... no, no estaba preocupada para nada. Supongo que debió haberse librado de todo...” balbuceó por unos instantes, buscando las palabras y luego repitió, "... se había librado de todo."
Esta última declaración tuvo un efecto profundo en la habitación, las palabras estaban cargadas de emociones positivas. Hubo una pausa, luego de un breve silencio que fue pleno y unificador. La vibración del grupo resonaba en paz y armonía, mientras yo preparaba la última pregunta.
"Al soltar todo, justo antes de morir, ¿parecía que tu madre estuviera soportando la carga de algunos de los papeles o responsabilidades que tuvo que sobrellevar en su vida?"
"No, ella al fin era libre... ¡completamente libre!" En coño, como hay que estar. Salud.
Uno de los beneficios más destacados de alcanzar la conciencia del ser, es una relativa libertad de las necesidades y dependencias que normalmente gobiernan nuestras vidas. También establece un nuevo marco de referencia para comprender los términos y el significado de la vida. Tal orientación y libertad nos permite vivir en paz y contentos, sin dejar de ocuparse de las “responsabilidades mundanas”. Es un estado de liberación, que influye en el entorno y que abre la posibilidad para crear un mundo mejor.
ResponderEliminarEn el cuidado de los moribundos existen ocasiones de privilegio para presenciar este potencial. A mediados de los años setenta Elizabeth Kübler-Ross escribió un libro de referencia sobre la muerte y los moribundos. Trazó cinco etapas de adaptación a una enfermedad terminal: la ira, la negación, la negociación, la depresión y la aceptación. Cuando la etapa final de aceptación se manifiesta, podemos ver el ejemplo de la naturaleza original del alma que emerge. Entrar en este ejemplo se convierte en una muestra de oportunidades, la oportunidad de descubrir nuestro verdadero yo.
Alrededor de uno o dos años atrás se me pidió que diera una charla a un grupo de voluntarios del hospicio sobre los aspectos espirituales de la atención a los moribundos. Durante la charla, me referí a este estado de aceptación. No como uno en que simplemente reconoce y acepta a la muerte, sino que involucra a la belleza del alma. Con la esperanza de obtener un ejemplo práctico para mostrar al grupo de trabajo, les pregunté a los asistentes si habían presenciado alguna vez tal belleza en el momento de la muerte.
June, una de las voluntarias manifestó haberlo vivido. La muerte de su madre había sido así, un momento de verdadera aceptación, a pesar del hecho de que ella estaba allí, marchitándose y dependiente por completo."Fue hermoso", dijo. "Mi madre estaba radiante de paz y la habitación se llenó con su amor. Elevaba a todos los que la acompañaban y estaba contenta. Parecía como si estuviera rodeada de luz... como un ángel. Nunca lo olvidaré. Fue muy especial".
Acaso, ¿no es maravilloso que tal estado de gracia pueda surgir en el momento de la muerte? June y sus hermanas estaban con su madre en el momento de su muerte. Aproveché para preguntarle a June una serie de cuestiones: “¿Estaba tu madre preocupada por algo en ese momento?" "No", respondió. "Ella sabía que nos encontrábamos allí, pero estaba más allá de la preocupación acerca de cómo nos sentíamos".
"¿Qué tal su belleza y circunstancias?" Le pregunté. "Estaba preocupada por su aspecto, o acerca de la enfermedad, y el hecho de que se estaba muriendo?".
“No...,” hizo una pausa. "... Mamá estaba en paz consigo misma. Era como si su cuerpo había dejado de existir. Sólo mantuvo su serenidad, y no había nada que temer allí."
“¿Qué hay de todos los problemas de nuestro mundo?” Le pregunté. “¿Estuvo tu madre preocupada por los conflictos, y la confrontación que existen en el mundo?” June se echó a reír, y se recreó sobre un breve recuerdo. “Oh, mamá siempre tenía una opinión sobre todas las cosas y, en verdad, solía agitarse bastante con ellas. Realmente a veces se enojaba o se entristecía por todo eso. Pero ahora que lo mencionas... no, no estaba preocupada para nada. Supongo que debió haberse librado de todo...” balbuceó por unos instantes, buscando las palabras y luego repitió, "... se había librado de todo."
Esta última declaración tuvo un efecto profundo en la habitación, las palabras estaban cargadas de emociones positivas. Hubo una pausa, luego de un breve silencio que fue pleno y unificador. La vibración del grupo resonaba en paz y armonía, mientras yo preparaba la última pregunta: Podemos quedarnos en coño y polla?
Mil disculpas por haber duplicado.
ResponderEliminarparece muy interesante todo esto q dices.luego lo leo con detenimiento hermano pete
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