Un ser despreciable

Parece un fake, pero no lo es. Cuando veo y escucho a sanguijuelas como esta, a tipejos desalmados carentes de empatía alguna hacia otras formas de vida en general, comprendo perfectamente porque vivimos en el mundo en el que vivimos. Este señor broker es el vivo ejemplo del bicho sistémico en su máxima expresión, un monstruo egocéntrico de servicio a si mismo. Lo único que no se le puede objetar, es la frívola "coherencia" de la cual además se enorgullece con chulería, cuando destapa sus hedores vitales y su miseria interna, sin inmutarse. Como este individuo, hay demasiados, quizá más peligrosos, pues todavía se esconden tras protocolarios e hipócritas velos. Menos mal que el cantante Ramoncin, visiblemente asqueado, llama al programa y pone en su sitio a este claro ejemplo de célula humana tóxica y cancerosa.

"Doy clases, para aliviar mi conciencia, doy clases", concluye el pobre mamarracho tras su apoteósica puesta en escena. Es tal el asombro del resto de contertulianos, que hasta uno de ellos, sin todavía dar crédito a lo que acaba de oír, le pregunta: "¿tu eres feliz ?"

Mientras sigamos permitiendo que seres así ostenten el poder sin ofrecer una réplica eficiente a gran escala, estaremos asomados al negro abismo, perdidos en las sombras del futuro que ya nos están creando. Da mucho asco oírle, pero merece la pena hacerlo, así todo el mundo, poco a poco, podrá empezar a identificar  a estos esperpentos por todas partes, en las calles, en los bares, en su vida privada. Para poder darles caza, lenta e inexorablemente, hasta que acaben acorralados y su existencia carezca de razón de ser alguna.