Hoy, la situación es mucho más grave y la cuenta atrás hacía una situación de desgaste y ruina ecológica irreversible, hace décadas que inició su cuenta regresiva. En la entrada anterior hice hincapié acerca de la estupidez humana, mediante la cual el hombre sólo reacciona cuando choca con sus propios límites. Esta vez parece que no va a ser diferente. Mientras el planeta se pudre y los ecosistemas marinos y terrestres de la biosfera se tambalean en la cuerda de las extinciones masivas, el mundo vive ajeno a ello envuelto en dilemas y preocupaciones macroeconómicas banales, fabricadas por una crisis económica, en sí misma, prefabricada. Justo al borde del abismo, parece que el conjunto de aquellos que toman decisiones y controlan los destinos de millones de personas, siguen cegados y empeñados en hacernos nadar a contracorriente, camino del suicidio y el despropósito más grande jamás visto. Y es en esta tesitura de pesadilla en el que otra niña, esta vez una neozelandesa de 17 años, ha vuelto a denunciar la infamia en la ceremonia de inauguración: "¿Están aquí para salvar la cara o para salvarnos a todos?".
Mientras, en el exterior se suceden desesperadas protestas sociales encabezadas por grupos ecologistas e indigenistas, apiñados en una Contra-cumbre de los Pueblos, que ve desesperanzada e impotente como el último cónclave del poder o circo de los idiotas lleva camino de convertirse en el más decepcionante de la historia y en otra mentira más adornada a base de bonitos y emotivos discursos. Muchos se preguntan como es posible que una cumbre que se perfila como la última oportunidad del cambio para frenar el horror futuro, comience con decisiones ya decididas. Hasta el propio secretario general de la ONU Ban Ki-moon, tuvo la decencia de admitir que esperaba un documento con medidas "más ambiciosas". Tampoco nos dejemos engañar por las palabras de este señor, miembro de uno de los organismos más falsos, mentirosos y chapuceros que existen. La respuesta la conocemos todos aquellos que vivimos con la verdad por delante y es tan simple y sencilla como que el dinero y los intereses económicos siguen mandando e imponiéndose por encima de ecosistemas, recursos y vidas humanas. Y así seguiremos, hasta que la última burbuja de la especulación financiera nos estalle en la cara. La burbuja que nos conducirá a una nueva guerra mundial, por culpa precisamente de los ecosistemas, los recursos y la supervivencia humana, cuando el dinero ya no valga nada de nada. ¿Tiene algún sentido todo esto? No, no lo tiene. Por favor, que alguien de fuera nos ayude, la raza humana (la de verdad) y el planeta están en peligro por culpa de unos peligrosos psicópatas. Se nos acaba el tiempo. Buenas tardes a todos.
Digamos que estamos ya en tiempo de descuento. Ya no hay solución, solo esperar a que nos llegue la hora. Saludos
ResponderEliminarVaya montón de burradas...
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