viernes, 31 de diciembre de 2010

¿Un Mundo Feliz?



Hace unos días mi amigo el ché encontró esta curiosa y controvertida imagen, mientras ojeaba una revista en casa de un antiguo compañero de la universidad. Constituye la portada de un reportaje, acerca de la viabilidad y aceptación social que supondría la implantación de un mundo "inteligente". Conspiración en su máxima expresión, aparte de macabra y tétrica, así como naturaleza relegada a su mínima expresión. Observad el código de barras bajo el ojo: el ser humano anulado y sometido, vigilado y contemporizado, y finalmente transformado en un producto tras una valla. La simbología es descarada, pero si quereis ir más lejos se aprecia facilmente la estructura piramidal sobre el robótico rostro, y el número de la bestia camuflado ( 6 cámaras, 6 teclas azules, 6 esferas). No me esperaba algo más acertado, tratándose de "The Economist".En mi opinión una jugada más de esta asquerosa gentuza sionista, pero cada uno que juzgue lo que le parezca...

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Conciencia y Conspiración

El tiempo transcurre relativamente deprisa, más todavía a medida que envejeces, pero también la experiencia y las percepciones se incrementan de forma exponencial si tu conciencia estaba ya despierta. Por ello, y tras más de un año sin escribir una entrada, he decidido quitarle las telarañas a mi blog y ponerme manos a la obra a tres días vista del nuevo año 2011. Año que estoy convencido marcará la historia reciente en muchos aspectos.

Hace ya muchos meses que he venido experimentando cada día con más intensidad, hasta el punto de convencerme de que existe una realidad cotidiana condicionada por su propia esencia vibracional, y que la bipolaridad de esta es no sólo mundial, sino universal, algo real e intangible, extrapolable a cualquier situación y dimensión espacial.De esta forma tenemos oscuridad y luz, manifestada a través de conceptos como el miedo y la alegría, el frio o el calor, el odio y el amor, la mentira y la verdad, la paralisis o el movimiento, el engaño y la transparencia, y como no tambien la inconsciencia y la conciencia, la cerrazón o la apertura..Nunca el ser humano se había enfrentado a un cambio social tan profundo y determinante, pues de la misma manera jamás se había producido a nivel global y dentro de una marea informativa tan densa e interconectada, tan necesaria  y peligrosa para unos, como temible y esperanzadora, para otros.

Realmente, internet se está convirtiendo en una fuente masiva de información caótica y desorganizada, en ocasiones enfrentada, que pone de manifiesto la desorganización y el desorden del propio sistema, incluyendo sus carencias, su inmoralidad y también grandes dósis de maldad y conspiración corporativista, publicidad insana e inhumana y consumo masivo. El problema viene de los efectos que es capaz de provocar una compleja y cibernética tela de araña, no obstante diabolicamente bien enebrada, sobre los ciudadanos o consumidores potenciales: La información, en un 90% controlada y manipulada por el sistema, no vende solo productos tangibles, sino ideas y tendencias, modas y valores, transformando las formas de relación y proyectando cada día un biónico inconsciente colectivo en la galaxia tecnoesférica. En definitiva el computo completo de instintos puramente humanos, se encuentra muchas veces expuesto al control de las influencias externas. En paralelo a este fenómeno, se produce otro multisensorial y personal, de carácter individual, contrapuesto al anterior en cuanto que nace de la experiencia interna, de la meditación trascendental y por lo tanto se beneficia de una percepción potenciada y sensible a los cambios, armada para percolar por los agujeros del propio sistema.

Llegados a este punto, la ruptura resulta evidente e imparable, con una clara tendencia a empeorar. Los hay que abrazan el sistema, o como bien ilustró nuestro ya desaparecido amigo Terence McKenna ,"Sistema Operativo Cultural" implantado, mientras que hay otro grupo cada día más numeroso, que comienza a dudar seriamente del funcionamiento del mismo, planteándose si tanta desigualdad, miseria, frialdad y egoismo reinantes no son ya fruto de la casualidad o condición humana alterada, sino de algo mucho más oscuro y con toda probabilidad, orquestado.