jueves, 31 de mayo de 2012

Un país de peligrosos chorizos

Patatera, en vez de chorizos, debería de llamárseles, por su falta de picante y empatía, por lo mal que escurren el bulto y la ausencia completa de credibilidad que emanan sus rostros cada vez que tratan de justificar alguna de sus fechorías. Este país cuenta con una legión de políticos, jueces y banqueros que son una calumnia personificada. Cada día que pasa, un nuevo escándalo sale a la luz, una nueva malversación de fondos, un nuevo robo, una nueva estafa o una chapuza urbanística. La pasividad ciudadana contrasta sin embargo con la comitiva constante de siniestros personajes y sus andaduras en los estamentos del poder, que les fueron entregados  sin pensarlo antes con dos dedos de frente en esta partitocracia neofranquista, aunque me inclino por pensar que siempre estuvieron llevando las riendas de la sociedad, por mucho que intente llamar a esto una democracia. Pero esto, empieza a oler a una segunda revolución francesa o a algo parecido a lo que ocurrió el dos de mayo de 1808 en las plazas y bulevares de este innoble villorrio de gangsters y criminales de corbata. Cuando menos se lo esperen, el adormecido pueblo español despertará para destriparles como lo hicieron los manolos con las tropas egipcias de Bonaparte en la puerta del sol, pero mientras... ¡Que bien se esconden tras sus trajes y forzadas expresiones de tipejos que se creen importantes, cuando lo único que tienen de importante es el tufo a mierda que desprenden! Que pobres deben de ser sus vidas, que necesitan de tanta ostentación y acumulación de capital para poder verse ante el espejo como señores y no como la basura que en realidad son. Y mientras, siguen engañando y robando, porque saben que el chollo se les está acabando, aunque en esta huida hacia ninguna parte, vayan dejando cada vez más constancia de su despreciable condición de retrógrados cabezas huecas y peligrosos enemigos del pueblo.


El absuelto Camps con una asidua al Club Bilderberg.


Como me alegré el día que la borreguil ciudadanía decidió hacer el trasvase de poderes entre chorizos en las últimas elecciones, porque sabía con certeza que de este modo sólo acelerarían el cataclismo social y económico del país. Como me alegré entonces de la ausencia de memoria histórica de este pueblo, que parecía haber olvidado el legado de guerras y alianzas imperiales con la administración Bush o el forrado de España con ladrillos durante el boom económico y cutre que propició un crecimiento económico insostenible de pan para hoy y hambre para mañana, desde que el Partido del bigotes, aquél que Chávez llamó fascista siendo silenciado por el matarife de elefantes, decidió modificar la ley de suelo en este sufrido y aún hermoso país que nunca hemos merecido.


El trío calavera, antes de piratear por Oriente Medio.


Pero ya está, ahora la Caja de Pandora se ha destapado y emanan de ella los peores olores imaginados de un país cuyas estructuras llevan décadas pudriéndose lentamente, descomponiéndose bajo la carcoma nepotista y usurera que se alimenta de sus entrañas. Pero no sólo actúan en España...¿Quienes son esta gente del BCE, el FMI,  la OMC, OCDE, ONU, OMS, Comisión Europea, Comisión Trilateral, Club de Roma o el infame y turbio Club Bilderberg? ¿Que deciden reuniéndose en sus castillos, embarcaciones de lujo o despachos a puerta cerrada? ¿Quién es esta gente que está pisando nuestros derechos más elementales, rodeándonos el cuello con la soga de la esclavitud asalariada? ¿Quienes son estos mamarrachos, para jugar con vidas humanas, fabricando guerras y crisis financieras o jodiendo el medio ambiente con sus modelos atrasados de lucrativa y contaminante energía? ¿Quienes se han creído que son para jugar con un mundo con el que cada vez empatizan peor y entienden menos? ¿O qué coño hacen unos tecnócratas magos e ilusionistas de las finanzas al frente de algunos gobiernos europeos? ¿Y sobretodo, quién puñetas los ha elegido? ¿No os dais cuenta de que están estrechamente asociados los unos con los otros, y forman todos una gran familia de políticos, banqueros, empresarios, señores de la guerra y Casas Reales? Fuera! A la puta calle con esta clase dirigente globalista y depredadora que pretende tiranizarnos y acabar con la poca humanidad que nos queda! Nos os queremos! Vosotros no nos entendéis, sois demasiado tontos o malvados para llegar a tal nivel de comprensión...pero, ¿Cómo han podido unos subnormales llegar a controlar los designios del planeta tierra? ¿Cuando maduraremos como raza y dejaremos de estar controlados por unos peligrosos papanatas?


miércoles, 30 de mayo de 2012

Vuelve el ladrillo

Hace dos escasos meses, el gobierno del PP en Baleares aprobaba la construcción de un nuevo complejo hotelero de 1200 plazas y un campo de golf, junto al arenal protegido de Es Trenc en Palma de Mallorca. Hoy, el diario El País anunciaba una nueva salvajada, (esta vez a manos del PSOE que tanto criticó a la oposición) y otro nuevo atentado urbanístico al paisaje y a la poca biodiversidad que aún queda virgen e inmaculada en el litoral español. Esta vez, el crimen tiene previsto cometerse en la costa gaditana, en la playa de Valdevaqueros (Tarifa). El nuevo y aberrante proyecto de promoción urbanística sería de 200 plazas más que su antecesor en Palma, más 350 residencias privadas de propina, por si no era suficiente con el hotelazo.


La hermosa playa de Valdevaqueros, en la actualidad.


No hace falta ser un lumbreras para caer en la cuenta de que la actual situación de déficit y quiebra de la banca, responde al modelo de crecimiento basado en el ladrillazo que sufrió este indolente país a finales del siglo pasado y principios del actual, con cientos de miles de viviendas vacías u atesoradas en promociones fantasma desperdigadas por toda nuestra geografía y que valen menos que una bolsa de naranjas podridas. Creen o nos hacen creer nuestros infames y corruptos políticos, que estos nuevos proyectos impulsarán nuestra economía creando puestos de trabajo, pero la triste realidad es que el trabajo será unicamente temporal y con toda seguridad precario, enriqueciendo a unos cuantos listos de turno, alcaldes y promotores sinvergüenzas y sin escrúpulos. Tampoco valoran el hecho de que el litoral del sur de España se encuentra en un estado deplorable, roído por el hormigón hasta el hueso y habiendo perdido todo el atractivo turístico que le caracterizó en décadas pasadas, y que si aún sigue albergando algún tipo de encanto o interés es gracias a estos pequeños reductos de naturaleza salvaje, que ahora se empeñan en corromper y degradar sin ningún tipo de miramiento. Es, como siempre, la suicida pescadilla que se muerde la cola, cegada por el ansia de poder y dinero.


Promoción fantasma en Galicia.


Por otra parte, la falta de sensibilidad de nuestra clase dirigente no sólo está fuera de toda duda, además hacen gala de una insultante estupidez y ausencia de sentido común cuando denominan estos nuevos proyectos "de interés autonómico", por encontrarse cerca de áreas protegidas. Deben de pensar estos pobres idiotas que el valor de estas zonas se incrementa teniendo cerca un montón de ladrillos, supermercados, sucursales bancarias o todos los equipamientos que harán falta si, de verdad, consiguen venderse estas viviendas, algo bastante improbable. Todo ello sin contar con el espantoso tráfico rodado, nuevas infraestructuras viarias con fracturación del territorio y el paisaje, y la contaminación acústica y ambiental resultante. Esto es completamente absurdo y un sin sentido absoluto, como también lo es el sueño del nuevo Eurovegas, que de ver la luz, se convertiría en un nuevo foco de podrida especulación con sus juegos de azar y consumismo desenfrenado. 


Eurovegas, el sueño del magnate financiero Sheldon Adelson.


Si lo único que sabemos hacer es construir casinos, horteras segundas residencias y campos de golf, no cabe duda de que la ley de la selva está servida en un país que se hunde en el pozo de la inconsciencia y que está a dos pasos de ser intervenido economicamente. Somos la vergüenza no sólo de Europa, sino del mundo entero. Sólo los chinos nos superan en estupidez, suicidio ambiental y mal gusto. No es de extrañar que se vengan todos en masa a hacer negocio por estas latitudes.

Cold Mountain

Ayer de madrugada, tuve la suerte de toparme con una gran película mientras hacía un desesperado y repetitivo zapping, con la esperanza de encontrarme con algo que mereciese la pena en nuestra soporífera televisión. Mucho he pensado en la situación del mundo desde que he vuelto de la India, consciente de que somos una raza con un enorme desafío vital por delante y de que se nos acaba el tiempo para buscar y encontrar soluciones a los farragosos problemas que se nos plantean a la vuelta de la esquina. Cold Mountain, así se llama la cinta, está ambientada en plena guerra de secesión americana. Es una película cruel y descarnada, con un sensacional elenco de actores que profundizan a la perfección en la america confederada de la época y en los horrores de la guerra desde las dos orillas de la realidad: La de los que se fueron al frente y la de esposos, hijos, familia que quedaban en ruinosa espera. Pero también es una oda al amor verdadero y a la maldad más despiadada y sádica, y a las fuerzas vitales que nacen de estos sentimientos, genuinamente humanos, cuando son realmente polarizados. En el amor, la fuerza del entusiasmo y la ilusión, y ante la maldad y el odio, la resistencia más tenaz. Ambas son capaces de enfrentar con coraje la adversidad y los embates de una vida y un entorno hostiles como pocos. 




Dicen que todo tiempo pasado fue mejor. Los que defienden esta postura están equivocados, pero tienen su punto de razón. Antes la vida humana valía menos y era terriblemente incierta y peligrosa, pero la pureza de los sentimientos y la autenticidad de las relaciones hacían que el riesgo mereciese la pena. Hoy, la vida empieza a ser también cada día más incierta, con la diferencia de que nos encontramos ante la peor crisis de valores de toda nuestra historia. Películas como esta no hacen más que recordarnos nuestra propia condición,  capaz de lo peor y de lo mejor, tratando de que no se nos olvide en un desesperado intento de convertirnos, quizás, en mejores personas.



domingo, 13 de mayo de 2012

Miedo y Asco en Madrid

Madrid en estado de sitio, como nunca antes lo había estado en lo que algunos aún insisten en llamar "democracia". El centro de la ciudad era, en la madrugada de hoy, lo más parecido a un escenario orweliano de control policial. El sonido de los helicópteros sobrevolando constantemente el cielo de la capital, contrastaba con el silencio y el miedo que se respiraba en todos las calles y plazas aledañas a la Puerta del Sol. Esta, se encontraba literalmente tomada por centenares de policías, que cortaban los accesos a la misma mediante tétricos cordones humanos formados por maquinales y tensos antidisturbios. Pero no sólo Sol y sus calles adyacentes se encontraban cerradas y custodiadas por los agentes del orden, también la Gran Vía permanecía cortada en tramos y las aceras hervían de oscuros guardias pretorianos que impedían el tránsito normal a la gente, incluida aquella que tuviese su residencia en la zona. Quedarse parado en grupo o sólo, en plena Plaza del Callao, era objeto de advertencia: "no pueden quedarse estáticos, circulen". Tratar de llegar andando a la calle Montera u Hortaleza, una misión practicamente imposible, bajo riesgo de detención inminente.




Las miradas cómplices, de pánico e indignación, no tardaron en sucederse entre los asustadizos transeúntes, que asistían atónitos a una escena que probablemente no se repetía desde la época franquista. Una mujer lloraba desconsolada, mientras observaba en silencio como un policía negaba una y otra vez el paso a una chica extranjera que no entendía por qué no le dejaban volver a casa. "Vivo ahí ", clamaba con insistencia y creciente desesperación, mientras señalaba un portal de la calle Preciados. Sacar la cámara y ponerse a grabar lo que acontecía o intentar llegar a casa, fue incluso motivo de arresto para algunos. La democracia jamás ha existido, y lo que ocurrió anoche no sólo es una muestra sobre el terreno de esta triste constatación, también es un golpe en la mesa y una declaración de intenciones de la infame y bilderberguiana Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. La dictadura, está servida.



Desalojo de sol y represión policial en Gran Vía


Pero si algo es realmente triste y desolador, fue el constatar también la pasividad de la ciudadanía, en concreto de la juventud, ante semejante estrangulamiento de la libertad en sus formas más puras y representativas. Tras una afluencia discreta durante la noche (menos de 40.000 personas), el tiránico toque de queda programado por la delegación de gobierno fue estrategicamente alargado, hasta que el genuino movimiento perdió fuelle y se procedió a desalojar la Puerta del Sol cuando sólo quedaba un pequeño reducto de unos cien valientes manifestantes. Una hora después, eramos sólo un puñado de indignados los que permanecíamos irritados y desolados en el número 1 de la calle Mayor, no creyendo lo que veían nuestros ojos. El resto, se encontraban demasiado ocupados, bebiendo para olvidar y ajenos a la terrible y distópica realidad, esparcidos como la marabunta en parques y plazas en la Latina y en concreto en el parque de Las Vistillas.




Miles de personas poblaban las calles anoche. Más que cualquier otro día del año. Pocos o ninguno, osaron o se interesaron siquiera en reclamar lo que aún es suyo y empiezan a quitarles con descaro, aunque también gracias a una permisividad creciente. Visto lo visto, dan ganas de largarse de aquí cuanto antes, no por miedo, sino por asco.


sábado, 12 de mayo de 2012

Aceleración del tiempo

12 años sin Terence McKenna. 12 años de acontecimientos que han cambiado el mundo de forma drástica, en una espiral espacio-temporal que cada vez va más deprisa. Según el descubrimiento que hizo Mckenna antes de su muerte, proyectando los 64 hexagramas del I-Ching sobre una gráfica y una línea de tiempo, se encontraron correlaciones asombrosas con los grandes acontecimientos que han marcado a la humanidad durante los últimos 4000 años. Esta onda temporal, llamada por Mckenna de punto cero, alcanzaría su vórtice o punto cero el 21 de diciembre de 2012. Hoy, la raza humana está absolutamente fuera de control. Su naturaleza, también. Su futuro es cada día, más incierto que nunca. Todo hace pensar que algo está a punto de suceder. Quizá nos acerquemos a un momento clave en la evolución humana. El fin de la historia y el comienzo de la nueva era. Descansa en paz Terence. Los que aprendimos a escuchar, nunca te olvidamos.





La conciencia del final de los tiempos, por Marisol González Sterling, de la Fundación Soliris:  


viernes, 11 de mayo de 2012

Cambiar las cosas

Algunas personas que se mantienen en la sombra del anonimato, me critican el hecho de criticar el mundo y la sociedad, sin dar alternativa alguna de cambio. Pues bien, considerando que es prácticamente imposible cambiar este sistema, daré las pautas por las cuales, en mi opinión, creo que no cambia o está lejos de cambiar, al menos, a gran escala.


"La sociedad" (Victor Safonkin)


-El sistema no cambia, en primer lugar, porque se carece de masa crítica activa para cambiarlo.


-El sistema no cambia porque la gente sigue votando en las elecciones autonómicas y municipales, al mismo dragón bicéfalo constituido por dos partidos únicos que se reparten el poder, que son PP y PSOE, que son lo mismo y juegan a lo mismo, a la oposición sucia y programada y al mareo constante cada 4 u 8 años. Y son lo mismo y la misma basura, porque sirven a los mismos intereses, pero con distinta careta. Son la misma mierda al servicio del capitalismo neo-feudalista corporativo actual. Y sino, que se lo pregunten a los chinos y a su contaminado país y sociedad atea-comunista-capitalista de corte orweliano, próximo ejemplo a seguir dentro del nuevo orden mundial del capital.


-El sistema no cambia, porque aquellos que cuestionan el sistema y lo tildan de anti-ético, inmoral, tramposo y dictatorial, son llamados conspiranoicos en cuanto hablan acerca del terrorismo de estado creado por los servicios secretos de inteligencia globales o acerca de la sociedad del miedo instaurada a conciencia, las sociedades secretas así como su agenda global y los planes para reducir la población mundial, la masonería o el jerárquico sistema piramidal que tenemos (tienen los codiciosos sistémicos) por encima, etc..Esta información "no oficial" es siempre puesta en cuarentena por la gente que prefiere seguir creyendo lo que les cuenten en los medios "oficiales". La realidad es que las casas reales siguen ahí por la gracia de dios, y los jerarcas financieros también, creando guerras, generando enfrentamientos y miseria, y en definitiva, divirtiéndose con el mundo como si del juego del Risk se tratase.


-El sistema no cambia porque la mayoría de las personas sigue albergando una pobreza interior terrorífica y una espiritualidad nula o cuasi nula, que necesita ser suplida constantemente con bienes de consumo y un estatus de riqueza o posición social determinada, de cara a la galería, pero siempre de puertas hacia afuera. Soy independiente porque trabajo 10 horas al día y puedo pagarle la hipoteca de mi casa y la letra del coche al banco, y aún me sobra. Estoy muy feliz. Esto es el mayor sinsentido y un síntoma claro de estupidez y ausencia de libertad. Síntoma de que se está tirando también la vida por la borda con trabajos esclavos que en el 90% de los casos no son del agrado de sus beneficiarios, cotizando para Papá Estado durante toda la vida activa y tirando por la borda los mejores años de salud física y mental de un ser humano, que son rápidamente cercenados. Papá Estado sigue a su vez, por detrás de la mesa, llevando a cabo las mismas barrabasadas y sirviendo a la misma élite financiera. Es una pescadilla que se muerde la cola en un sistema que se retroalimenta constantemente con la estupidez propia, de la cual se benefician solo unos pocos.


- El sistema no cambia porque se promueve constantemente la guerra de sexos. La familia, como estructura de fuerza y unión ante los avatares y problemas de la vida, ha quedado relegada a la altura del betún. El individualismo, el egoísmo y la soledad, por lo tanto, no dejan de crecer, mientras el capitalismo se frota las manos viendo la debacle, pues así somos mucho más manejables y consumistas, consumiéndonos además  los unos a los otros.


-El sistema no cambia porque la gente ha caído en la resignación, el servilismo y en la abulia mental y está cada día más atomizada, desustanciada y deshumanizada. Porque sigue soñando despierta, adorando promesas de vida irrealizables o instauradas en el subconsciente colectivo, creadas mediante la imposición de infinidad de médiums y condicionadas estrellas del mundo de los deportes o el celuloide, que creen vivir seguras en la cresta de la ola.


-El sistema no cambia porque, según el gobierno, hay que darle seguridad y solvencia a los mercados y no los mercados darle seguridad y solvencia a la gente. Los mercados siguen valorando a los seres humanos como números y no como seres humanos.


-El sistema no cambia porque la droga y el tráfico de armas son lucrativos negocios promovidos y regulados por el poder.


-El sistema no cambia porque la gente no viaja, y si lo hace, viaja dentro de un paquete turístico sin enterarse un ápice de lo que ocurre fuera de su país o de su complejo hotelero o Resort 5 estrellas.


-El sistema no cambia porque la gente no lee y ve demasiado la televisión.


-El sistema no cambia porque muchas personas siguen viendo a los animales y a la naturaleza como un recurso y no como sus propios hermanos o su propia envoltura vital, respectivamente.


-El sistema no cambia porque la gente sigue cogiendo el coche en vez de usar el transporte público, o usa el transporte público para ahorrarse 200 metros caminando. De este modo el modelo energético predominante sigue siendo por fuerza o masa crítica determinante, el de los combustibles fósiles, y las petroleras siguen llenándose de dólares los bolsillos mientras expolian y contaminan lo que pertenece a los pueblos libres, que hace décadas dejaron de ser libres.


-El sistema no cambia porque la gente sigue pagando impuestos a un estado monstruoso que ya no responde más que a los intereses globalistas de unas pocas corporaciones y monopolios de capital, que juegan al casino con la bolsa y usan los bancos para seguir expoliando el mundo, creándose dinero de la nada que no responde a un valor real o a bienes tangibles reales, y que sólo les beneficia a ellos mismos, arrastrando a la pobreza a miles de millones de seres humanos, con cuyas vidas, también juegan.


-El sistema no cambia, definitivamente, por ausencia de consciencia personal, en su mayor parte, y conciencia de la realidad, por otra parte, esta última cada vez mayor gracias a internet, el último reducto de libertad dentro del sistema. Veremos a ver por cuanto tiempo.


-El sistema no cambia porque la gente es gilipollas y obedece a todo lo que se les pide.


Una vez tienes conciencia y consciencia y sabes como funciona este podrido mundo, no necesitas más que rodearte de amor y  de un entorno lo más saludable posible, aprendiendo a compartir e intercambiar ideas y conocimientos, creando para los demás y no para ti mismo, acercándote a la naturaleza comprendiéndola y estableciendo una sinergia equilibrada con la misma. Muchos no podemos implementar todas estas nuevas prácticas o se nos hace muy complicado, porque la inmensa mayoría está aún viviendo en deuda con el planeta, arrasando con los recursos o especulando  con la energía, el precio de la vivienda o el del suelo, por poner algún ejemplo, lo que impide que los pocos que estamos a disgusto (con consciencia y conciencia), podamos asentarnos o vivir en paz, sin que otros estén constantemente intentando convertir en dinero todo lo que tocan, arrinconándonos cada vez más.


Para terminar, esta es la entrevista ficticia que Ácratas (www.ácratas.net), le realiza a un también ficticio sinarca financiero internacional, aunque no por ello deje de representar una incómoda verdad.


Entrevistas Improbables

Ehud Silbermann, sinarca financiero internacional




Nos hace pasar el gran personaje, al que llamaremos Ehud Silbermann(*), aunque se llama de otra manera, claro, a su despacho en el corazón de la City de Londres. Nos acomoda y nos ofrece té. Nos lo sirve una vertiginosa rubia nórdica de piernas largas, frías y rectas sobre tacones como estalactitas. Desaparece dejando tras de sí un rastro de Rive Gauche.

—Gracias por el tiempo que nos dedica, señor Silbermann. 

—Les recibo porque les leo, y ustedes son de los pocos escogidos que nos entienden, ¿no es verdad? ¿Cómo pueden ser ácratas, en vez de banqueros? ¿Cómo desperdician así el futuro? En fin...

—Cosas de la educación recibida, anárquica, quijotesca, española. Pero háblenos del SFI...

—En eso ustedes cometen un error. Califican al conjunto de los que ostentamos el poder mundial como Sanedrín Financiero Internacional. Pero no todos somos judíos, ¿no es verdad? La mayoría sí, pero no todos. Por lo tanto, debieran ustedes cambiar su cantinela inexacta por otra que es absolutamente cierta. Y no hay necesidad de alterar las siglas SFI que han acuñado ustedes con tanto acierto. Pues el nombre preciso es Sinarquía Financiera Internacional. La mayor parte de los sinarcas somos judíos, claro. Pero los hay gentiles,¿no es verdad? Por ejemplo, los ejecutivos y propietarios de la banca Nomura o del Banco de China; o como el español Emilio Botín, o ciertos ejecutivos del Deutsche Bank —aunque su CEO, Ackermann, lo es, por supuesto—. ¿Sabía usted que el Deutsche Bank forma parte de la exclusiva élite de los bancos propietarios de la FED? Aunque, quede claro, todos los banqueros gentiles son títeres nuestros, lo mismo que todas las sociedades masónicas mundiales son títeres de la B'nai Brith. Harán lo que les digamos con tal de seguir ganando dinero, ¿no es verdad? Y saben que si alguno se ensoberbece en demasía, y trata de salirse del sendero trazado, lo fulminaremos, ¡como fulminamos hace tres años y medio al mismísimo Lehman Brothers, que fue uno de los bancos fundadores de la FED en 1913!

—Son ustedes unos grandes desconocidos, ya lo sabe, señor Silbermann. Hay quien hasta se cuestiona si son ustedes humanos...

—Sí, sí, es bizarro(**)... En cuanto a la sociedad, e incluso los medios de comunicación especializados, la prensa salmón sobre todo, ninguno comprende los mecanismos básicos de lo que hacemos. Mejor, ¿no es verdad? El acuerdo con el presidente Clinton de 1999(***), quien prohibió legalmente la regulación de los derivados financieros, nos permitió crear desde la FED dólares en una cantidad nunca antes imaginada: más de 1.600 billones contra un PIB mundial anual de solamente 65 billones y un valor total de las empresas cotizadas en las diferentes bolsas del mundo de 85 billones. Ustedes son de los pocos que lo entienden, ¿no es verdad?

—Sí. Y es una cifra espeluznante, despendolada. 

—No tanto. Cada dólar comprometido en un producto derivado financiero, un colateralizado de acciones o divisas, ha tenido que ser antes intervenido, contabilizado por nosotros. ¡Y aún podríamos crear mucho más dinero, si el mundo lo aceptara! Pues, fíjese, si la deuda pública norteamericana es de 15 billones, la FED —que somos nosotros, ¿no es verdad?— tiene derecho a emitir paralelamente hasta 7 veces esa cifra. Y luego, como al prestarla regresa tras las transacciones oportunas a nuestros mismos bancos otra vez, y vuelve a ser prestada reiteradamente, acaba por multiplicarse hasta por 50, que es la inversa del coeficiente de encaje bancario actual. ¡Eso representa 5.250 billones de dólares! En lo que va de siglo XXI sólo hemos fabricado el 30% del máximo al que podemos llegar. De momento, ¿no es verdad? Y cada año, el gobierno norteamericano nos demanda 3 billones más para cubrir su imparable déficit público, lo que representan un crecimiento máximo de dinero otros 1.050 billones anuales. Es imposible que hagamos tanto dinero sin que el dólar estalle y se desmorone en los mercados. Pero no hay que asustarse: aún nos queda mucho margen de seguridad, ¿no es verdad? 

—El gobierno de los EEUU les entrega, como contravalor del préstamo, un acta o pagaré que ustedes guardan en sus cajas de seguridad. Y contra el que pueden emitir deuda pública norteamericana. Pero ¿qué hay del resto de lo que inventan?

—Cada dólar nuevo ha sido creado por nosotros de la nada y, multiplicado después, prestado a interés con la garantía de propiedades de los prestatarios en todo el mundo, tanto de activos empresariales como de tierras, minas o inmuebles. Ya ve: tenemos hipotecado al mundo entero por valor de 1.600 billones de dólares a cambio de papeles privados que otorgan derechos sobre activos financieros, la mitad de ellos, tóxicos. Ahora los prestatarios no pueden no ya devolvernos los créditos, sino pagar siquiera los intereses... Sabemos que los bienes que aseguraban nuestro dinero no valen lo que les prestamos. Pero eso no importa, pues menos aún nos ha costado el papel para manufacturar el dinero, o el impulso eléctrico que lo ha creado en la pantalla de un ordenador, ¿no es verdad? 

—Aunque sabemos la respuesta, déjenos preguntarle, señor Silbermann, ¿cuál es su empeño en mantener estreñidos a todos los inversores y ahorradores del mundo?

No es nuestro único objetivo desvalijarlos a todos ellos, sino que también es necesario para, agostando la recaudación de impuestos, aniquilar a los estados que, al rescoldo del crecimiento empresarial de estos últimos años de abundancia crediticia, se han entrampado con una insensatez que demuestra que la clase política es absolutamente incompetente para velar por los intereses de sus naciones respectivas, lo mismo que la clase técnico-funcionarial que la asesora —al margen de nosotros mismos, que, como Bernanke o Geithner y el lobby judío en Washington, a ambas clases embaucamos y corrompemos cuanto conviene a nuestros fines—. Por eso no hemos producido más dinero que esos 1.600 billones, y hemos desatado la crisis global en 2007 tan sólo retirando de la circulación un triste billón de dólares. El efecto desmultiplicador, con el correspondiente credit crunch desencadenado, ha sido demoledor, ¿no es verdad?

—Pero las consecuencias...

—Evidentes: Los estados, financieramente yugulados, para resistirse a su propia ruina inevitable, necesaria, se revuelven ahora contra sus ciudadanos, desmontando las consolidadas conquistas sociales de las clases trabajadoras de dos siglos, legislando atrocidades que coartan incluso los derechos humanos individuales y colectivos fundamentales —como el de expresión o el de huelga— y reprimiendo violentamente cualquier intento de oposición, ¿no es verdad? Nos harán el trabajo sucio antes de rendirse también ellos y caer bajo el dominio de las empresas transnacionales, que son el poder futuro, y están ya todas bajo nuestra influencia, pues poseemos las 147 empresas clave, la mayor parte de ellas bancos, que controlan accionarialmente al resto de las 1.400 multinacionales más importantes del mundo: energéticas, alimentarias, farmacológicas, armamentísticas, navieras, etc.

—Nadie escapa a los largos colmillos del Vampiro...

—Jajajaja, sí, por supuesto... Sólo China y Japón quedan relativamente fuera de nuestra égida, pues la raza amarilla desconfía de nosotros, y no podemos pasar desapercibidos entre ellos como lo hacemos entre los blancos caucásicos, arios, mediterráneos o eslavos, ¿no es verdad? La lección que el año pasado le dimos a Japón, no obstante, haciendo estallar un artefacto nuclear frente a su costa, que provocó un tsunami, y atentando simultáneamente contra el programa informático de la Central de Fukujima, una instalación General Electric, para que se detuvieran las bombas de refrigeración, les obligará a pensárselo dos veces antes de osar salir del ámbito de nuestra influencia financiera, ¿no es verdad? No comprar deuda norteamericana y británica cuando se lo ordenamos cuesta valiosísimas propiedades y millones de vidas como efectos de la tercera bomba atómica de la Historia —fue una bomba sucia esta vez— lanzada por EEUU sobre territorio japonés.

—Sinceramente, ¿qué futuro nos espera a los habitantes del planeta Tierra, señor Silbermann?

El futuro está decidido: las clases asalariadas, trabajadoras y humildes, lo producirán todo, aunque consumirán sólo de acuerdo con sus sueldos de esclavos. Las clases acomodadas disfrutarán de los artículos de lujo y acumularán dinero y acciones que financiarán a las multinacionales para su expansión absoluta, global e imparable. En el futuro, en vez de ser uno nacional francés, norteamericano, alemán o ruso, será un 30% de Coca-Cola, un 20% de Bank of America, un 20% de Boeing, un 20% de Kraft Foods y un 10% de Loewe, ¿no es verdad? Como lo somos nosotros, que nunca tuvimos otras patrias que ésas, aunque fingiéramos ser franceses, norteamericanos, alemanes o rusos.

—Pero el estado de Israel...

—¿El estado de Israel? ¿Pregunta que si desaparecerá el estado de Israel como el resto de los demás estados? Verá: Incluso el estado de Israel es sacrificable. Pronto, Jerusalén será un centro espiritual universal. Un gran parque temático y nada más, como Auschwitz, ¿no es verdad?. Nunca ha sido otra cosa, por más que crean lo contrario esos furibundos sionistas, masacradores de mujeres y niños palestinos, genocidas que se creen autorizados por Yahveh para destruir a todos sus enemigos; o esos barbados fundamentalistas ultra-ortodoxos con rizos en las sienes, sombreros negros y peste a cebolla y ajo características de la raza cuando, empecinada en sus lecturas a base de cabezadas atrás y adelante, no lava con la suficiente frecuencia la ropa. Son un hatajo de anormales todos. Los verdaderos dominadores del mundo somos nosotros, ¿no es verdad? Judíos, sí: inteligentes, implacables, educados, pulidos y blancos caucásicos. Y seremos los dominadores del mundo por siempre. Pues el Mesías ha nacido ya. Reside en Londres y ostenta un título de barón otorgado por la Reina de Inglaterra.

lunes, 7 de mayo de 2012

La sociedad líquida

Comprender los problemas que padece nuestro mundo, requiere profundizar a menudo en los patrones de comportamiento que rigen la sociedad actual. Sociólogos como Zygmunt Bauman, acuñaron el término de la sociedad líquida, seguramente con la intención de reflejar una realidad que, como el líquido, fluye y puede cambiar de estado a una velocidad vertiginosa. El nombre en sí hace alusión por lo tanto a una sociedad en permanente transformación, cuya ideología de consumo preestablecida rinde un claro culto a lo nuevo. Recuerdo hace diez años cuando en clase de Geografía Industrial, estudiábamos los ciclos de vida de los productos, sujetos a parámetros de competitividad empresarial y renovación constante: lo que hoy se conoce como la obsolescencia planificada o programada, que tantos recursos demanda y desechos genera, en un mundo cada día más pequeño, interconectado y poblado.






Pero la clave del asunto radica en analizar la génesis. Desde el final de la segunda guerra mundial, el capitalismo ha ido progresivamente canalizando un plan de socialización basado integramente en el consumo, convirtiendo al hombre a su imagen y semejanza, es decir, en un producto de consumo que basa su existencia en el reflejo de los propios deseos que este proyecta. Desde pequeño, el humano se encuentra condicionado y programado para consumir. Está atado a un futuro, en cierto modo, presentizado. Hoy, este deseo infundado va aún más lejos y está cada vez más canalizado a través de las modas y las nuevas tendencias, que usan como soporte la publicidad, y sobretodo y entre los más jóvenes, las redes sociales. 






Ante este panorama, surge una juventud y a la postre una sociedad entera, cada día más moldeable y neofílica, que se cansa con rapidez de las cosas y busca lo nuevo con creciente ansiedad. En palabras de Bauman, la búsqueda activa de la felicidad se basa más en el deseo individual y la acumulación de bienes tangibles, que en la aspiración ilustrada para el conjunto del género humano. Toda esta nueva realidad va aún más allá, pues ya no se trata sólo del consumo de bienes materiales, sino del propio consumo humano, es decir, humanos consumiendo humanos. No es de extrañar por lo tanto, que la transformación y posterior crisis de los valores tradicionales discurra en paralelo con todo este proceso. Estamentos como el de la familia o valores como la fidelidad, la generosidad, o el propio amor se encuentren en vías de extinción, dando paso a otros más acordes con los tiempos que vivimos: ambición, competitividad, egoísmo...Estos nuevos valores casan a las mil maravillas con un individualismo egocéntrico y materialista y una soledad creciente, en un mundo cada día más frío, distópico y tecnocrático en el que todo, humanos incluídos, está sujeto a un interés creciente de índole productivista y económico.


¿Llegaremos a esto?

jueves, 3 de mayo de 2012

La libertad en un mundo distópico

Después de muchos años de oscuros nubarrones ensombreciéndome el espíritu, la vida comienza a mostrarme el concepto de libertad que me corresponde y me ha correspondido siempre, aunque antes fuese incapaz de visualizarlo, y mucho menos comprenderlo. Y lo que he aprendido en este tortuoso e incierto camino, es que la libertad no significa lo mismo para todos. Para unos es fácil de encontrar, basándose en la posesión de materiales o dinero, intercambiables por tiempo, mientras que para otros, consiste en tener ese tiempo para dedicarlo a sus aficiones y deseos. Algunos, y coincido con estos últimos, piensan que la libertad se encuentra en el conocimiento que les brinda el poder de la independencia mental. Sin embargo, de poco sirve el raciocinio de la mente, si esta sigue permutando con un estado emocional alterado, que no comprende a su vecino de más arriba. En mi opinión, la libertad vital significa la unión de ambos, el conocimiento del ser y el conocimiento mental. La armonización del cuerpo físico con el espiritual, o el fluir en consonancia con los dictados universales y la energía que mana no sólo del propio ser, sino también de los demás seres vivos y de la propia tierra.



El coronal o séptimo chakra  es el chakra maestro y el más importante, pues integra los seis anteriores. Esta estrechamente relacionado con la consciencia humana real y divina. Conecta el ser físico con el espiritual  y aporta la conciencia del campo aúrico o cuerpo etéreo y el de la energía universal, ayudando a que esta fluya a través de los demás vórtices energéticos del organismo. Casi todas las personas aún permanecen con este chakra cerrado o sin consciencia del mismo


La mayoría de las personas rigen su vida dejándose guiar por los impulsos instintivos de las emociones, o bien por los dictados fríos y calculadores de la mente, siendo este último grupo cada vez más numeroso. Por ello, sus desarrollos son incompletos, al no haber aprendido a complementar los dos motores fundamentales que determinan la existencia humana y los avatares de la misma. Estas personas se encuentran energéticamente bloqueadas y sometidas a todo tipo de prejuicios que redirigen y coaccionan sus existencias, cerrándoles innumerables puertas y el acceso a la iluminación. Por otro lado, aprender de los recuerdos y de las experiencias que encierra la mente, es basicamente retroceder en el tiempo, pero esto no significa aprender, significa desaprender para volver a cometer los mismos errores del pasado. Por el contrario, conocer la génesis de los impulsos que vienen de dentro y ser capaces también de analizarlos y comprenderlos mediante la meditación y el conocimiento intrínseco de uno mismo, comporta el poner a cero el contador de las experiencias, canalizando mente y espíritu en una nueva y constructiva realidad. Aunar ambos, significa entrar en la consciencia y dar un salto de gigante realizándose como ser humano pleno, pero también significa dar un salto al vacío en el desierto de la soledad, en un mundo con unos parámetros de funcionamiento divergentes, que cada vez le dan más preeminencia al condicionamento mental y a un desarrollo humano puramente mecánico- productivista.




Un nuevo día es una nueva vida, para aquél que ha roto las barreras de este condicionamiento socio-productivo que se alimenta en el miedo al mañana y en la seguridad de lo ya conocido. Y es un nuevo día  inmerso en esta sociedad, basada en la ecología del miedo, la codicia y la competitividad, que sienta las bases de un mundo terrible y distópico, en vez de implementar aquellas que persiguen la utopía o el sueño de vida colectivo. Por otra parte, la consciencia individual es poderosa, pero sólo crea replicantes como los de la película Bladerunner, arrinconados, cuestionados y finalmente perdidos y aislados dentro de una masa impersonal e inconsciente, que acaba por diluirlos. De este modo, son incapaces de realizar cambios visibles en la sociedad, pues carecen de masa crítica suficiente, y siguen permaneciendo como los outsiders del sistema, o, aludiendo a la ciencia ficción, peligrosos replicantes que cuestionan el orden establecido.


El universo distópico de Ridley Scott, en el los Angeles de 2018.


La consciencia colectiva sigue siendo una quimera improbable. Mientras, los replicantes seguimos sumidos en un estado de vida latente, alarmados ante cualquier imposición, poniéndolo todo en cuarentena, moviéndonos inquietos por el planeta, escuchando a la madre tierra, buscándonos constantemente en sus caminos, sacudiéndonos diariamente los temores, interpretando u esperando señales, soñando despiertos, decepcionándonos con la misma rapidez con la que nos ilusionamos, sobreviviendo en la sombra hasta que lleguen los días de la supervivencia o peregrinando en soledad por un desierto existencial, en el que al menos, nadie podrá molestarnos, por mucho que lo intenten.


"...Los Ángeles, la ciudad postcapitalista por excelencia. La lluvia ácida que constantemente cae sobre la ciudad, muestra un medio ambiente urbano profundamente degradado, donde las colectividades han vuelto a Babel, allí donde lenguas y razas se sobreponen pero no conviven. En este marco surge la amenaza del “replicante”, tal vez el nuevo ser social (creado mediante la ingeniería genética) que es bueno para trabajar, pero que se convierte en un peligro a partir del momento que tiene capacidad para actuar como un humano, con sentimientos individuales y libres y, por lo tanto, incontrolables..."
(J.Vilagrasa Ibarz)