jueves, 19 de mayo de 2011

1984

Anoche decidí ver la película "1984", de Michael Radford. Durante mucho tiempo temí su visionado por miedo a sentirme decepcionado, pues por norma general, las adaptaciones cinematográficas de grandes novelas suelen quedar muy por debajo del escrito original, y muy raramente suelen plasmar con fidelidad lo que el autor ha dejado impreso sobre el papel. Quizá, con más motivo aún, en el caso de un grande de la literatura y un inteligente visionario sin escrúpulos como el escritor británico George Orwell, que con "1984", ha dejado en mi opinión uno de los 20 libros más importantes de la historia. Pues bien, la sorpresa fue mayúscula, pues no sólo me gustó, sino que coincidía exactamente con las imágenes, escenarios y paisajes que brotaron en mi imaginación cuando leí el libro hace dos años, y además pude recordar la misma sensación de angustia e intranquilidad que me sobrevino en aquel entonces. Además los tres actores principales bordan sus papeles, en especial John Hurt. Es probable que el libro calase igual de hondo en el imaginario del director de la película, ya que el hombre se tomó la molestia de rodarla el mismo año, coincidiendo no sólo el lugar, en Londres, sino también con algunos días que el propio Orwell citaba en la novela.




Si alguien no la ha leído, pero se muestra intranquilo con los tiempos y acontecimientos que estamos viviendo, a todas luces debería ponerse de inmediato con ella. A pesar de que el mundo orweliano es radical y abrupto en sus conceptos de totalitarismo y esclavitud de la raza humana, las raíces del poder y el control al que estamos sometidos hoy en día, no difieren demasiado del concepto de vigilancia del "Gran Hermano" que encontramos en la obra en cuestión, máxime cuando en nuestra sociedad de consumo actual y desde hace más de una década, han venido triunfando y subiendo cómo la espuma en audiencia (borreguil audiencia), los reality shows televisivos conocidos precisamente con el nombre de "Gran Hermano", en varios países de nuestra vieja y cada día más tecnocrática Europa.


 

Con esto no quiero decir que el mundo de Orwell y el nuestro sean parecidos. No, desde luego que no, o al menos, aún no lo son, pero discurren peligrosamente en paralelo en muchos aspectos. Quizá la realidad de 1984 sea un reflejo del mundo que nos espera dentro de unas décadas, pero sin duda se trata de una realidad demasiado abrupta y sin pulir. Demasiado tosca y violenta. No es necesario, cómo en la novela, someter al pueblo mediante un control policial y mental férreo, desde el miedo a la represalia inminente y el lavado de cerebro directo, o mediante el amor único hacia un partido político cuyo lider observa con mirada intimidatoria a sus súbditos. Estas son premisas de control más propias de la época en la que fue escrito el libro, entre 1947 y 1948, época en la cual Europa acababa de salir del yugo de dos de las dictaduras más violentas y sanguinarias que el mundo ha conocido, la alemania de Hitler y la italia de Mussolini, y se enfrentaba a ciegas a un nueva existencia bipolar, separada por el telón de acero y bajo la constante amenaza de un conflicto nuclear.

Si se buscan similitudes con la novela, en esta el mundo aparece como tripolar o dividido en tres bloques (Eurasia, Estasia y Oceanía), y la premisa incluída en la ficción "Guerra es Paz" y "Paz es Guerra", también sucede en la realidad,  pues como pudo ver el mundo hasta el desmantelamiento de la URSS en 1991, fue necesaria para mantener una paz relativa, ya que gracias a los conflictos armados de Corea, Vietnam o Afganistán, comunistas y capitalistas se enfrentaron de forma indirecta, evitando de esta manera lo que sin duda hubiera significado un apocalipsis de bombazos atómicos y el fin del planeta. Pero como vemos, Orwell no andaba muy desencaminado y también fue visionario en esto, pues falleció en 1950, nada más comenzar la Guerra Fría.


El mundo ficticio de 1984

Sin embargo y retomando el tema, no es necesaria la intimidación ni un control hitleriano a modo de INGSOC, para someter a la humanidad y desmembrar sus cualidades humanas. A mi modo de ver, si el partido único es cambiado por una globalización económica y una dictadura de los mercados, y el Gran Hermano que nadie ve nunca, es sustituido por un poder en la sombra regido por las élites financieras, el resultado es bastante parecido. Tampoco son necesarias, como en la obra, la policía del pensamiento ni el ministerio del amor, basta con implementar a gran escala una vorágine de información contradictoria y controlada, y telebasura a raudales para controlar el pensamiento, poniendo en marcha redes sociales,  modas y tendencias  escrupulosamente estudiadas para individualizar y despersonalizar a los individuos.

El Nuevo Orden Mundial al que nos encaminamos es mucho más exquisito, más fiable y mucho más sólido que el de Orwell, y se aproxima más al Mundo Feliz de Huxley o a la tecnocrática, fría y biónica civilización de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K.Dick, que vió magistralmente la luz en el cine con Blade Runner; pero no por ello se debe desprestigiar a este genial pensador. Todo lo contrario, pues nos ofrece a grandes rasgos y con bella crudeza los objetivos del sistema, que son al final lo que merece la pena recordar y asimilar, tanto de la película cómo del libro: La muerte del amor, la pérdida de identidad y el analfabetismo creciente, la educación a manos del estado (pártido único o gran hermano en la novela), y por último, la guerra, la violencia y el odio como herramientas para mantener la jerarquía social y el control de unos pocos sobre los recursos y sobre el resto.




Este sistema ficticio puede resultar y resulta familiar. Actualmente, el mundo se encuentra bajo la dualidad  de la deuda y el beneficio, lo que significa que tiene que haber necesariamente pobres y muy pobres o miserables, para que unos pocos acumulen el 90% de las riquezas, y siga alimentándose la balanza del desequilibrio. Las guerras programadas que padecemos hoy en día bajo el lema de la salvaguardia de los derechos humanos, tan sólo buscan dinamizar la economía y adueñarse de los recursos ajenos. Por otra parte, la emigración y los grandes movimientos transfronterizos de población, que ha tenido que abandonar sus paises natales y su lugar de origen por puras necesidades económicas, es un fenómeno que lleva viviendo el mundo, con especial intensidad, desde hace aproximadamente 20 años. También es una de las consecuencias o el subproducto directo de la globlalización, constituyendo un fenómeno, que ya de por sí, entraña violencia. La estructura piramidal que encontramos en 1984, es también sospechosamente parecida a la actual. Los miembros del partido interior, que son una minoría, ejercen un control completo sobre los miembros del partido exterior, mucho más numerosos, cada día más oprimidos, idiotizados y atenazados, que constituyen los engranajes del sistema asegurando la ejecución de las órdenes y los mandatos que vienen de arriba, mientras que los proletarios son considerados como lo más bajo de la sociedad, a pesar de que no interfieren apenas en su funcionamiento y son metalmente más libres.




Haciendo una extrapolación al mundo real, hoy vemos cómo una minoría cada día más pequeña constituida por la élite financiera, grandes corporaciones y multinacionales, se reparten la mayoría de los beneficios económicos, sostenida su logística por una clase media cada día más empobrecida (mileuristas), más sometida y más esclava, guiada no por cámaras ni por grandes hermanos, que también, sino por un absurdo complot político que no es más que una tapadera del verdadero poder en la sombra, y por último casi 4000 millones de personas que viven en el umbral de la pobreza, y o tratan de entrar en el segundo escalafón, (la mayoría), o bien se mantienen impasibles, la mirada lánguida y triste, aferrados a sus costumbres y a su entorno, mientras observan impotentes como la imparable dinámica sistémica va destruyendo, transformando  y homogeneizando progresivamente los hábitats naturales en los que han convivido en armonía durante generaciones.

4 comentarios:

  1. Este blog es excesivamente repetitivo, estaría bien que aportara algo nuevo para variar. Me quedo con otros...

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  2. Pues ya sabes lo que tienes que hacer, no lo leas.

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  3. estupendo!!!!!!!!!!!!!!!

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