sábado, 25 de junio de 2011

El cambio de paradigma

Llevamos unos meses asistiendo a una crispación creciente en la opinión pública, un odio exacerbado hacia la clase política y un amago de movimiento global en contra de la dinámica capitalista que como bien sabemos, se encuentra completamente desfasada y fuera de control. No paro de leer entradas en multitud de blogs que muestran su indignación, enfado y desesperanza hacia la situación socio-económica que estamos atravesando en este país, aunque la globalización sistémica copia los mismos procesos y parecidas consecuencias a distintos niveles en otras regiones del globo, algunas muchísimo más expuestas a la injusticia y a la pobreza que la nuestra. El año ha empezado movidito, primero con la ola de tensión en el mundo árabe, la guerra en Libia y el desastre ecológico en Japón, que ha vuelto a sacar a la palestra la irritación que existe con el sempiterno asunto de la energía nuclear, acontecimientos todos ellos de gran calado en la prensa internacional y en las consciencias individuales, de un mundo que se encuentra a la vuelta de la esquina de drásticos y profundos cambios y alteraciones, de una gigantesca tormenta que sólo ha comenzado a tronar, de un indiscutible cambio de era que va a afectar y a transmutar la vida en el planeta y nuestra forma de relacionarnos con este y entre nosotros mismos.


Parece enteramente como si el ser humano estuviese atravesando un calvario de crecimiento personal, asemejándose al adolescente errático que se enfrenta al desafío de la madurez, topándose con múltiples problemas internos, ansioso por emanciparse del yugo paternal que le ha encauzado desde su más tierna infancia. En esta tesitura se encuentra ahora el hombre, comenzando a encontrarse consigo mismo, y sobretodo comenzando a preguntarse si ha llegado el momento de romper lazos con esas instituciones, esa clase dirigente a la que le entregó el destino de sus vidas hace más de 200 años, y que muestra ya inequívocos síntomas de agotamiento, incapaz de representarle o de dirigirle, corrompida en sus fundamentos e ideales por su pernicioso funcionamiento y camuflada inmoralidad

A pesar de haber sobrevivido a un sinfín de operaciones de cambio de imagen, ha quedado más que demostrado que esta falsa democracia bipartidista, insulsa, arrodillada y fulana del capital, no responde a los intereses del pueblo sino a los del mercado, y a los caprichos de una élite financiera minoritaria y maquiavélica, que está expoliando, destruyendo y robando bajo el amparo de una legalidad que sólo ella legitima y ampara, que decide y organiza su sucia agencia mundial en reuniones y clubs secretos, no por su existencia sabida y aceptada por la ignorante y conformista masa, sino porque sólo ellos deciden sin preguntarle al mundo su parecer, y a la vista está de que lo están haciendo de culo para el 98% de la población, mientras sirven a los deseos de un suicida 2%.


El tiempo de las jerarquías toca a su fin, el tiempo de las estructuras y el dominio del capital, el tiempo del control del propio tiempo, el tiempo de las religiones que han separado al hombre de la ciencia y de su verdad, toca a su fin, porque por fin, comenzamos a comprender que cada ser es único y libre, que cada cual debe encontrase con su verdad y representarse a si mismo, defendiendo su individualidad, pero no de manera  fría, enfermiza y egoísta, sino con objeto de enriquecer la individualidad de sus semejantes compartiendo recursos, conocimientos, respeto, tolerancia y amor. El mundo se ha convertido en un lugar pequeño, donde la información y el contacto fluyen a raudales, y todo esto propicia los acontecimientos que se están sucediendo uno detrás de otro, acelerándose en un proceso lógico que va a terminar depurando los errores del pasado, mientras construye en los que habremos de caer en un futuro próximo. El cambio de ciclo se vislumbra ya en el horizonte, en ese extraño punto de inflexión que el 2012 ha marcado en el imaginario colectivo, en medio de un clima que para muchos es de tensión e incertidumbre, de preocupación y miedo, mientras que para otros comienza a ser de paz y sosiego, tranquilidad y confianza en la libertad que la conciencia desvelada proporciona.


Mientras, el planeta espera, paciente como ninguno, que todos como especie unida o de manera individual, demos el salto necesario que la naturaleza, sabia y equilibrada, se encargará de dar por nosotros, si nosotros no lo hacemos llegado el momento oportuno, limpiando la faz de la tierra de una especie cancerígena y molesta, que pasará a la historia por no haber sabido adaptarse ni evolucionar. Nadie es capaz de predecir cuando será, pero todos, con nuestros actos y pensamientos, estamos construyendo nuestro destino y el destino colectivo, cada día y en cada momento. Lo que ha de caer caerá, por el propio peso de la infamia y la desnaturalización, por el propio efecto revertido de lo injustamente alienado y artificialmente acelerado. Siempre se ha dicho que el tiempo pone a cada uno en su sitio y en su lugar. Que gran verdad universal. Quien hoy padece los abusos de unos, mañana descansará y podrá contemplar el infortunio de estos. Quien hoy se alimente con la especulación, mañana será objeto de la especulación en su vida. Quien hoy haga el mal, mañana obtendrá el mal. 

Nada ocurre por casualidad, pues sólo somos una insignificante viruta de polvo rebelde y estúpido, dentro de un orden cósmico perfecto, sabio e inalterable, que escucha a quienes saben escuchar, y que sigue su curso evolutivo, a pesar de que unos pocos e insignificantes humanos, en su materialidad y pobreza espiritual, hagan caso omiso a lo que sucede fuera, que no es ni más ni menos, que lo que está ocurriendo aquí, de forma muchísimo más acelerada y ante las propios narices de sus protagonistas.


4 comentarios:

  1. Gracias por el quinto moco verde,
    primer comentario.

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  2. Así es. El tiempo nos pondrá en su sitio, donde merecemos, porque dentro de poco el ser humano será una especie a extinguir en este mundo. Cada vez con más catástrofes naturales de todo tipo, gracias al abuso ilimitado de todos los recursos existentes a merced de un capitalismo usurero y enfermizo, totalmente de rodillas a la especulación financiera de los mercados que son los que verdaderamente gobiernan.

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  3. Rebelión de las masas por favor!!! PAremos a esta lacra de personas que les importa mas una bolsa de plastico que una alegre beluga nadando en busca de su vida, bankeros y politicos al exterminio!

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  4. Definitivamente cierto tu artículo Lobo. Estamos en un punto de profunda crisis existencial de las que unos saldrán beneficiados porque están cambiando sus actuaciones y otros perjudicados porque no hacen más que revolcarse en el fango de lo vanal y superfluo. El cambio se impone pero fundamentalmente desde dentro.
    Un abrazo

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