domingo, 23 de marzo de 2014

Las marchas de la indignidad

Las masivas Marchas De La Dignidad celebradas ayer en la capital, terminaron de nuevo con graves altercados entre manifestantes y las fuerzas antidisturbios de las UIP. La enorme afluencia de gente que subía ininterrumpidamente desde Atocha y el colapso humano que fue generándose progresivamente en la Plaza de Colón,  hacían prever un fatal desenlace, que incluso tuvo lugar antes de que concluyese el acto. Las recomendaciones que podían oírse desde los altavoces de los organizadores, pidiéndole a la gente que se desplazase hacía la calle de Génova para hacerle sitio a los que iban llegando, empeoró aún más las cosas, toda vez que en dicha calle Génova, la Delegación de Gobierno tenía montado el dispositivo policial habitual, blindando la sucia y corrupta sede de los "Populares". Finalmente, la presencia de los ya también habituales policías infiltrados, terminó por ser la chispa que encendió la mecha de la violencia en el seno de una manifestación que, hasta el momento, había transcurrido con el total de los pacifismos. 


Dos policías infiltrados ayudan a un compañero a inmovilizar y detener a un manifestante, anoche.


Dos petardazos, seguramente obra de un par de encapuchados con placa, sumados al hartazgo y la indignación ciudadana, hicieron el resto. Aún faltaba una hora para que de forma oficial, terminase un acto legal y permitido, a priori, por la señora Cifuentes, cuando los antidisturbios comenzaron a desplegar sus unidades hacia la plaza, disparando sus pelotas de goma, al tiempo que se atrincheraban posicionados en pequeños grupúsculos a la altura del Museo de Cera y las oficinas de Barclays. El procedimiento habitual, por otra parte, de estos protectores de la satrapía política y financiera que nos esclaviza, para protegerse de la enfurecida plebe que de nuevo anoche respondió con valentía, arrojando piedras, botellas y cualquier objeto contundente que hallaron en las inmediaciones. Mientras esto sucedía, desde megafonía le recordaban a los cuerpos de inseguridad del estado hispanistaní, que estaban interfiriendo gravemente en el desarrollo de una manifestación todavía autorizada, y que había niños y familias por todas partes. Caso omiso hicieron, naturalmente, pues la encarnizada lucha entre facciones era ya imparable y la tensión subía por segundos.


El hecho de que las cargas fuesen justo antes de los telediarios de la noche, resulta más que sospechoso. Al gobierno le interesaba que se produjesen actos violentos, para así centrar toda la atención en dicha violencia, justificando la actuación policial, y ocultando o ninguneando el desarrollo y la importancia de una de las manifestaciones más masivas e importantes de la historia de la mal llamada "democracia" de este vergonzoso país. Manipulación a raudales, como siempre.


Sin embargo, la guardia pretoriana del régimen se topó anoche con una respuesta y una determinación defensiva que quizá no esperaba. Por primera vez en mucho tiempo, pudimos ver como estos sicarios azules retrocedían impotentes ante la ira acumulada de centenares de jóvenes, hastiados y sin futuro, que no estaban dispuestos a dar cuartel tan facilmente. Agentes tirados en el suelo, visiblemente heridos, furgonetas de la policía municipal dando marcha atrás mientras recibían una lluvia de pedradas y palazos y el uso de gases lacrimógenos para disolver a la muchedumbre, fueron las novedades de una nueva noche de violencia que se saldó con 24 detenciones y un centenar de heridos, la mayoría policías de la UIP. Después de años de abusos contra menores, ancianos, mujeres desvalidas y todo tipo de canalladas perpetradas por estos señores, parece que anoche les sirvieron la venganza en bandeja de plata. Al parecer, las dificultades que encontraron fueron causadas por una mala gestión de los mandos, que rehusaron apoyar a compañeros sumidos en una situación de riesgo. http://www.eldiario.es/sociedad/antidisturbios-manifiestan-mala-gestion_0_241826191.html. En mi opinión, podría tratarse de una estrategia del gobierno, una orden de esas que vienen de los iluminados de arriba, de sacrificar  a un puñado de policías mártires para después poder justificar la nueva Ley de Seguridad.


Minuto 6:01: "Le recordamos a la policía que está interfiriendo un acto totalmente legalizado, el acto no ha concluído...hagan ustedes el favor de no entrar en la plaza...aquí hay personas mayores, hay niños...


La nota positiva de los acontecimientos, fue la masiva participación ciudadana, la perdida de miedo de una sociedad cada día más concienciada y oprimida y, como no, la vergonzosa actuación policial, con la ya consabida labor y su juego sucio de infiltrados, cada vez más identificados por la gente. La nota negativa, la escalada de violencia y los altercados, que darán rienda suelta a la lacra pepera para, como decía en el párrafo anterior, finalmente justificar y aprobar, de cara a la todavía masiva y aborregada opinión pública, la nueva Ley de Seguridad Ciudadana. Ley que a su vez retroalimentará la indignación del pueblo y la violencia de los antisistema, cada día más numerosos.


La muerte del franquista Suárez este domingo, uno de los principales artífices de la "transacción" o de la mierda de "democracia" que tenemos hoy en día, le ha venido de perlas al aparato mediático del régimen, para de este modo ocultar, eclipsar o restarle importancia a las marchas ciudadanas de este fin de semana. 


En cualquier caso, la miseria, la injusticia, la desilusión, la ausencia de metas y de un futuro digno y el "nada que perder", seguirán subiendo como la espuma. Esto ya no hay quien lo pare, hagan lo que hagan  y digan lo que digan, porque sólo ellos y unos pocos sabemos que nos conducen al caos consciente, diabólica y deliberadamente. 


3 comentarios:

  1. Vergüenza por ambas partes. Los policías que reprimen duramente y los que se quejan de los recortes con navajas, palos, piedras, pancartas pro eta y comunismo, y demás. Pero en fin, algo hay que hacer.

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  2. Viva la imparcialidad y la autocracia.
    Hazte lo mirar

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  3. Lo único positivo es que cada vez hay mas gente concienciada y harta de padecer tanta necesidad a costa de favorecer a los sinvergüenzas de siempre. Es muy fácil estereotiparlos de violentos, radicales de izquierdas y demás sandeces destinadas a mantener un pueblo sumiso y obediente. Nunca faltan los gilipollas en cada manifestación de este calibre pero el sábado lo que mas había eran desempleados de cualquier clase y condición. Cada vez mas pobres y cada vez con menos miedo. La lucha sigue compañero. Un saludo cordial

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