martes, 27 de septiembre de 2011

El momento de la verdad se acerca

Este jerárquico orden social que vivimos se perpetua desde hace milenios, nada a cambiado, y ya es hora de que el viejo mundo se desmorone. Está a punto de hacerlo, ya no hay lugar para el engaño,  todo se sabe. Ya no quedan tierras por explotar, apenas recursos por esquilmar, y sólo permanece revuelta o impasible una creciente marea humana, ante los embates de la naturaleza y la propia élite dominante, que dada la caótica marea informativa, debe de sentirse bastante perdida, o a punto de llevar a cabo uno de sus últimos planes de crisis especulativa y programada. Pero ya no tienen tiempo, y la pelota financiera está fuera de control. Nadie está salvo, ni siquiera ellos y sus 600 billones en dinero ficticio, pues los recursos reales corresponden a una décima parte de esa cifra. Ni los mercados, ni mucho menos los estados, van a poder hacer nada para detener lo que se avecina: La crisis total y el momento de la verdad.


Los mismos que alimentan esta clase de sistema, se atreven a desvelar la tétrica realidad y sus objetivos de enriquecimiento personal a costa de los demás (¿indignado infiltrado en los medios o trader auténtico?): "Si tengo la oportunidad de hacer dinero, lo haré, soy trader, nuestro trabajo es hacer dinero para ellos... he soñado con este momento de recesión durante 3 años, me he ido a la cama con esta idea y sueño con otra recesión"(Alessio Rastani, minuto 1:11 a 1:25)



¿La solución? Sacar el dinero de los bancos lo antes posible, y dejar lo justo e imprescindible. Invertir en bienes tangibles, como el oro, propiedades inmobiliarias o terrenos. Eso para los que cuentan con capital, el resto deberíamos hacer acopio de provisiones y abandonar rapidamente las ciudades, para dirigirnos al campo, y allí empezar a aprender a cultivar la tierra y vivir de lo que la naturaleza nos dé, antes de que las famélicas hordas de desarrapados se conviertan en un peligroso problema. Estos cabrones van a arramplar con todo, y los que ahora son mileuristas, (la mayoría), pronto sólo tendrán dinero para llevarse algo a la boca, eso contando con que las redes de distribución funcionen, y no hayan entrado en huelga. El caos se avecina.

Quizá la solución sea mucho más radical, como explica este ácrata (minuto 6:15 a 8:02) en una gran película de Claude Berri: Germinal (1993). La eterna lucha del mundo capitalista entre la burguesía y el proletariado.







No hay comentarios:

Publicar un comentario