¿Qué ha conseguido el capitalismo, cepa profundamente soterrada en el corazón de millones de seres humanos? ¿Nos ha convertido acaso en mejores personas o por lo contrario nos ha transformado en seres fríos, rígidos, autoritarios e incapaces de compasión propia o ajena? Esta pregunta debería de planteársela urgentemente el conjunto de la humanidad, cada día más alejada, por lo que puede comprobarse sobre el terreno, de su verdad y grandeza espiritual genuina. Y deberían de hacerlo especialmente aquellos que más envenenados están a causa del virus del dinero, probablemente la mayor enfermedad de la sociedad. Estos son, los peores: Una jauría de empresarios y "capitalistas de clase media", en clara transformación a la baja, cegados y perdidos, que están arrastrándose ellos mismos y a una mayoría de neo-esclavos dependientes, hacia una realidad indigna y distópica.
Excelente radiografía del futuro laboral que nos espera.
Lo que está ocurriendo hoy en el mundo laboral es, ni más ni menos, una carrera de fondo hacía ningún lugar cuya premisa radica en la competitividad, la agresividad y el egoísmo. Y está ocurriendo porque así lo quiere este sistema absolutamente inhumano que nos gobierna con mano de hierro. Un sistema regido por unos pocos tiranos sin corazón en el que prima la ley del más fuerte, que navega por las turbulentas aguas de un liberalismo económico a cara de perro, injusto, ruinoso, demoníaco y suicida. Un sistema que juega con las bazas del miedo y la desinformación para manipularnos y forzarnos a seguir un camino que arruina nuestras vidas, pudre nuestra salud y ensombrece nuestras ánimas. Es tiempo de informarse, sí, pero por encima de todo, es tiempo de actuar. Ya que como colectivo parece que nos han ganado la batalla, habrá que hacerlo desde el ámbito personal. Sólo de este modo, desde la disidencia individual y la desobediencia civil, podremos herir de muerte a este monstruo infernal que nos amarga la existencia a casi todos.
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